La Ermita de San Sebastián fue mandada construir por los marqueses de Benamejí en el siglo XVIII

La Virgen de la Cabeza preside el austero camarín central abierto en el muro, sobre el que cuelga un cuadro de la Virgen de Guadalupe. Por este motivo, antes se llamaba ermita de Nuestra Señora de la Cabeza.

La Virgen de los Remedios situada en su altar, antes pertenecía a la iglesia que había en el convento de los carmelitas descalzos de la calle Padre Esteban. En su interior existen dos camarines que son de la escuela antequerana, que destacan por sus cúpulas ondulantes.

Es un edificio con una fachada muy sencilla, en el que destaca la decoración de ladrillo visto que enmarca su puerta de entrada y las dos cruces en relieve que adornan su fachada. La espadaña, con su campana, corona la ermita.

Como dato curioso, cabe señalar que en esta plaza hace muchísimos años había un cementerio.

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