Esta capilla de estilo neoclásico inicialmente formaba parte del templo anejo de San Pedro Mártir. El espacio principal, y más antiguo, cumple la función de camarín de la imagen titular, fue realizado por Vicente del Castillo y el cantero Andrés Cordón en 1758, formando un espacio circular de estilo neoclásico. En su interior contiene un baldaquino, que cobija  la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El segundo espacio se realizó hacia 1838 coincidiendo con el cierre del templo de San Pedro Mártir y presenta semejante disposición arquitectónica que el camarín, salvo en la cúpula, rebajada con  bandas radiales muy planas. En el aspecto escultórico destacan la imagen de Nuestro Padre Jesús de Nazareno, realizada en el siglo XVI, de rasgos góticos y la urna del Santo Entierro realizada por Pedro de Mena y Gutiérrez en 1769, que contiene un Cristo yacente, obra de  Miguel de Verdiguier del año 1774. La Iglesia de San Pedro Mártir de Verona formaba parte de un antiguo convento dominico fundado  en 1575. El templo sólo conservó los muros exteriores, la espadaña y dos portadas: la de San Pedro y la de Nuestra Señora del Rosario, ambas manieristas, datables en torno a 1630, si bien la primera ostenta elementos barrocos añadidos en 1721 bajo la dirección de Leonardo Antonio de Castro. El edificio recientemente restaurado tiene planta de cruz latina, donde destacan elementos como la nave central, con bóvedas realizadas en madera, y el crucero. Igualmente la obra  ha permitido la recuperación de la fachada principal, el adecentamiento de los triforios ciegos sobre las naves laterales y la zona de columbarios, presidida por la talla de Juan Pablo II realizada por el artista local Francisco Javier López del Espino.

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