AÑO DE CONSTRUCCIÓN: 1340-1736

ESTILO: Gótico y barroco.

UBICACIÓN: Plaza San Ignacio de Loyola, 0, 14008 Córdoba

RESEÑA HISTÓRICA: La Iglesia de San Hipólito de Córdoba, que perdió su rango de Colegiata en 1852, fue fundada como Monasterio por Alfonso XI en 1343, como agradecimiento por su victoria en la Batalla de Salado y, también, para destinarla a Panteón Real, es decir, para albergar los restos de su padre, el rey Fernando IV "el Emplazado", que en ese momento estaba sepultado en la Mezquita Catedral de Córdoba.

Cuatro años después, en1347, fue elevada al rango de Colegiata por el Papa Clemente VI, con el fin de que en éste templo pudieran ser celebrados los oficios en memoria de los reyes difuntos con toda la solemnidad posible. Éste Papa autorizó el nombramiento de un Prior y de nueve canónigos para la Colegiata. Las obras de construcción del edificio fueron muy lentas, y sólo se realizaron la cabecera y el crucero durante los reinados de Alfonso XI y de Pedro I, su hijo, quedando inconcluso el resto del edificio, hasta el siglo XVIII. 

En 1729, después de muchas rogativas por parte de los Canónigos de la Colegiata, Felipe V autorizó el traslado de los restos de los reyes sepultados en la Capilla Real de la Mezquita Catedral, que eran Fernando IV "El Emplazado" y su hijo Alfonso XI "El Justiciero", a ésta Colegiata, y un año después, se iniciaron las obras para la terminación de la Iglesia, dándose por terminadas en 1736. En ese año, el día 8 de agosto, con todos los honores, fueron trasladados los restos mortales de los dos monarcas a la Colegiata de San Hipólito.

Fernando IV murió en la ciudad de Jaén en 1312, a los 27 años, y aunque en sus últimas voluntades indicaba que deseaba ser enterrado junto a su padre Sancho IV "el Bravo" en la Catedral de Toledo, o bien en la Catedral de Sevilla junto a su abuelo Alfonso X el Sabio y su bisabuelo el rey Fernando III el Santo, lo cierto es que se dispuso que su cadáver recibiera sepultura en la Mezquita Catedral de Córdoba. Esto se hizo para evitar la total descomposición del cadáver durante el traslado, debido a las altas temperaturas, ya que el rey falleció en pleno verano.

En 1350, mientras sitiaba Gibraltar y a causa de la peste, murió el rey Alfonso XI, a los 39 años y en un primer momento fue sepultado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla junto a sus regios antepasados, pero en 1371 sus restos mortales fueron llevados a la Capilla Real de la Mezquita Catedral de Córdoba, siendo sepultado al lado de su padre, el rey Fernando IV "El Emplazado". En 1371 habían sido terminadas las obras de la Capilla Real de la Mezquita Catedral y allí permanecieron los restos de ambos monarcas durante varios siglos, depositados en ataúdes de madera. En 1571, durante una visita a la ciudad de Córdoba, el rey Felipe II, los ataúdes fueron abiertos, y el rey pudo contemplar los restos de sus dos antepasados.

Las obras realizadas en el siglo XVIII afectaron fundamentalmente a la nave, crucero y fachada de la Iglesia. Las obras fueron ejecutadas por Juan de Aguilar, con probable traza de Tomás Jerónimo de Pedrajas.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX se levantaron una serie de dependencias que dieron al conjunto de la Colegiata su fisonomía actual. En 1852 fue suprimido su título de Colegiata, aunque siguió abierta al público. A finales del siglo XIX fue cedida a la Compañía de Jesús a perpetuidad, y en ella sigue en la actualidad. El cuidado revoco de estuco del exterior fue repuesto en 1994 siguiendo pulcramente el modelo original del siglo XVIII, bajo la dirección del arquitecto Arturo Ramírez. 

HERMANDAD: Hdad. De la Buena Muerte.

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Dirección: Plaza San Ignacio de Loyola, 0, 14008 Córdoba