Fundada en 1844 por Antonio Sánchez Prieto en un molino denominado La Noria, cerca del castillo de dicha localidad. En 1922, José Mª Toro Albalá restaura y sienta sus reales en la antigua central eléctrica de Aguilar, trasladando la bodega a las instalaciones (14.000 m2) con abundantes subterráneos, ideales para la crianza y conservación de los vinos, de ahí el nombre de Eléctrico de algunos de sus caldos.

Su bodega-museo es una pequeña caja de sorpresas, dispuesta a desatar sus esencias ante cualquier visitante con sus dos museos: uno de artes populares y arqueología y otro en el que se exponen herramientas, máquinas, bibliografía y objetos antiguos relacionados con el arte de hacer vino. Albergan unas 4.000 piezas. Un singular museo del vino de una singular bodega, que siendo fundada en 1844, adquirió y restauro una antigua central eléctrica en 1922 para dar cobijo al vino. Son muchas las piezas como estos antiguos envases vinarios las que el visitante puede admirar.

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