El edificio era una antigua almazara y molino harinero. Sus 1.200 metros cuadrados están distribuidos en cuatro salas, en las cuales podemos disfrutar de distintos aspectos que componen su historia, por ejemplo la Sala del Aceite y del Olivo dedicada a uno de los sustentos fundamentales de nuestra economía, la producción de aceite. También contamos con la Sala de la Cultura Ibérica, la cual nos muestra materiales del poblado del Cerro de la Cruz, que tras su visita, nos permitirán conocer mejor la indiosincracia de aquel pueblo. Por otra parte, la cultura romana también tiene un lugar en el museo con la Sala de la Cultura Romana. En esta sala se muestran elementos de uso cotidiano, una rica colección de monedas y el extraordinario conjunto escultórico aportado por la Villa Romana, incluyendo la escultura del dios grecorromano del sueño “Hypnos” o “Somnus” la pieza más representativa, que nos permite conocer mejor aquella cultura romana. Por último, solo cabe destacar la Sala de los molinos y cereales, dedicada a mostrar cómo se producía aquel bien.

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