En el 2006, la construcción de la ronda de circunvalación de la zona sur de Lucena puso al descubierto un cementerio de época medieval andalusí. Aparecieron unas 346 tumbas que se adaptaban a la topografía del terreno en las que el ritual de enterramiento utilizado fue la inhumación, en fosa simple o doble, a veces con nicho o covacha lateral tapada con lajas o tégulas romanas. Los restos óseos que determinaron un periodo altomedieval de entre los años 1000 y 1050 coincidían con las fechas de mayor esplendor de la Lucena judía y permitieron extraer relevantes datos acerca del modo de vida y ritual funerario de la comunidad judía en esta época. Durante estos trabajos tuvo lugar asimismo la aparición de la única lápida judía aparecida en una estructura funeraria en Andalucía y la segunda hallada en Lucena. La lápida contenía caracteres hebreos, y su cronología pudo fecharse entre los siglos VIII y IX por el tipo de letra, analizada por el doctor en Filología Semítica Jordi Casonotas. La puesta en valor de la Necrópolis Judía ha supuesto el vallado perimetral del recinto, así como la instalación de distintos paneles informativos sobre la comunidad judía en España, la Lucena judía y su Escuela Talmúdica o los reenterramientos llevados a cabo en el lugar. Asimismo se ha acometido la recreación de cuatro tumbas para dar a conocer de forma didáctica los cuatro tipos de enterramientos hallados en el camposanto. La instalación de una fuente, dada la necesidad de agua para el proceso de purificación que la comunidad sefardí requiere en este tipo de espacios, y la recreación de un muro de las lamentaciones.

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