Según la tradición popular se adscribe a la época romana, pero por su tipología y estilo habría que situarlo  más bien a finales del siglo XV o principios del siglo XVI, habiendo sufrido algunas transformaciones a lo largo de la historia, siendo la última en 1986. Tiene un solo ojo con gran peralte en su clave, conformando en su intradós una magnífica bóveda de cañón de ladrillo de barro cocido. Es el puente  que une el casco urbano de la localidad con el barrio de San Juan. De gran interés es su empedrado a manera de mosaicos.

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